En relación a la serie de reformas a la educación pública presentadas por el presidente de la república Sebastián Piñera el pasado 21 de Noviembre y a las medidas anunciadas por el ministro de educación Joaquín Lavín Infante acerca de la reducción de las horas de historia y ciencias sociales en los niveles de quinto básico a segundo medio, los estudiantes de Licenciatura en Historia de la Universidad Católica de Chile declaramos que:
- Esta reforma es un evento circunstancial dentro del problema mayor que afecta a la educación chilena y que tiene directa relación con la inequidad, exclusión y diferencia de calidad según criterios socioeconómicos que caracterizan a esta.
- Las reformas propuestas no solucionan la traba principal de la educación ya que no apuntan al centro del problema, sino que perpetúan la existencia de un sistema excluyente e injusto. Las medidas presentadas estigmatizan y segregan a la población. Cualquier intento por mejorar la calidad de la educación según estándares internacionales, será infructífero en un sistema que sigue siendo desigual.
- La reforma a la educación se ha presentad a espaldas de la ciudadanía, sin consultar a las personas pertinentes como son los mismos profesores, con falta de debate y de manera irresponsable y acelerada declarándose su “urgencia” siendo que se trata de un tema tan importante como la educación de nuestro país.
- Consideramos que la crisis de la educación pasa por una serie de problemas estructurales que no son solucionados cabalmente en este proyecto. Entre ellos reconocemos la carencia de un sistema unificado de educación, una crisis de financiamiento, la segregación y exclusión de grandes sectores de la población por motivos económicos, sistemas de medición de calidad que no se ajustan a la realidad chilena, que apuntan a una visión utilitarista de la educación y mala formación de profesores y académicos.
Con respecto a la reducción de las horas pedagógicas de historia y ciencias sociales:
- Declaramos nuestro completo rechazo a esta medida ya que, en primer lugar, no soluciona en absoluto el problema de la calidad de la educación, sino que se basa en criterios cuantitativos, que a su vez se crean a partir de estándares internacionales que no se condicen con la realidad chilena ni con el momento histórico en el que nos encontramos. Además de carecer de fundamentos sólidos y argumentos concretos del por qué de su implementación.
- Esta medida da cuenta una vez más de la subvaloración que se hace de las humanidades dentro de la formación de los estudiantes chilenos, considerando como más importante la formación de un pensamiento meramente práctico con fines utilitaristas, apuntando simplemente al mercado laboral más que a una formación integral que requiere la conformación de un pensamiento crítico y responsable.
- La reducción de las horas de historia atenta contra nuestra memoria y la construcción de nuestra identidad, además de limitar la formación de una cultura cívica y democrática entregada por la enseñanza de nuestro pasado con miras al presente y al futuro.
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